POR: MARJORI ARANGO
En estos días de elevación espiritual
de la cuenta de omer, he estado realizando una evaluación de mi ser,
y cuantas raíces de impureza hay por arrancar todavía en mi naturaleza.
Cuando
piensas que has avanzado y realizas un examen detallado y concienzudo dentro de
ti, te das cuentas que hay muchos rasgos que deben ser mejorados. Uno de ellos,
concierne a la emuná
vs. el sustento. Tanto se habla de emuná que
pensamos que ya la tenemos en totalidad,
de manera alegórica podríamos decir: ese “músculo espiritual” ha estado tanto a
prueba que cualquier pesa (problema) que tengamos por delante, es nada
comparado a todas las pruebas pasadas. Pero
aparecen esos interrogantes mensuales: como saldremos adelante de esta situación? Como
pagaremos el estudio de nuestros hijos? La cuota mensual para poder vivir en
una casa? Oh dinero, dinero!! Tan solo eres un papel con un valor agregado,
asignado por el hombre! Dinero muchas veces desvalorizado por los intereses
económicos
de unos pocos y muy valorado por el sudor de la frente de otros! Pero el que
tiene emuná en HaShem nunca tendrá temor del dinero, porque sabe que el Eterno
es benevolente y Su Misericordia perdura por siempre.
Saben que?
La verdadera manifestación
de emuná
en este mundo es saber que HaShem es el verdadero dueño del oro y la plata,
de todas las riquezas y que todo lo que se ha podido pagar
u obtener de recursos monetarios en este mundo, ha sido solo a través de Su Bondad y Su Misericordia.
Ese es al Elohá al que servimos, aquel del cual el Rey David dice: No he visto a un tzadik
desamparado ni a su
descendencia mendigando pan. Nuestro sustento solo depende de HaShem y éste se
logra/adquiere o conquista únicamente a través de la emuná, de
esa confianza
de que ha provisto/provee y proveerá
a todo ser humano.
No es por
nuestra fuerza, sino por Su espíritu.
No es mi sabiduría,
mis estudios o mi intelecto, es solo HaShem quien abre las cortinas de los
cielos cada mañana
y renueva la faz
de la tierra. Al
fin de cuentas solo están
bajo nuestro control los pensamientos, palabras y acciones. Todo lo demás
lo determina el Santo Bendito es El!
En este
conteo del Omer, recordemos que la mejor manera de avoda a HaShem es el refinamiento
del temperamento, el mejoramiento de las MIDOT, las cualidades del carácter. Que
al finalizar este periodo de corrección de los defectos de nuestra
idiosincrasia, hayamos creado un espacio propio para recibir ese precioso
regalo de la Santidad que HaShem anhela entregarnos y volvamos a estar al pie
del Monte Sinaí.