lunes, 9 de mayo de 2016

Ha omer 5776

POR: MARJORI ARANGO

En estos días de elevación espiritual de la cuenta de omer, he estado realizando una evaluación de mi ser, y cuantas raíces de impureza hay por arrancar todavía en mi naturaleza.

Cuando piensas que has avanzado y realizas un examen detallado y concienzudo dentro de ti, te das cuentas que hay muchos rasgos que deben ser mejorados. Uno de ellos, concierne a la emuná vs. el sustento. Tanto se habla de emuná que pensamos que ya la tenemos en totalidad, de manera alegórica podríamos decir: ese “músculo espiritual” ha estado tanto a prueba que cualquier pesa (problema) que tengamos por delante, es nada comparado a todas las pruebas pasadas.  Pero aparecen esos interrogantes mensuales: como saldremos adelante de esta situación? Como pagaremos el estudio de nuestros hijos? La cuota mensual para poder vivir en una casa? Oh dinero, dinero!! Tan solo eres un papel con un valor agregado, asignado por el hombre! Dinero muchas veces desvalorizado por los intereses económicos de unos pocos y muy valorado por el sudor de la frente de otros! Pero el que tiene emuná en HaShem nunca tendrá temor del dinero, porque sabe que el Eterno es benevolente y Su Misericordia perdura por siempre.

Saben que? La verdadera manifestación de emuná en este mundo es saber que HaShem es el verdadero dueño del oro y la plata, de todas las riquezas y que todo lo que se ha podido pagar u obtener de recursos monetarios en este mundo, ha sido solo a través de Su Bondad y Su Misericordia. Ese es al Elohá al que servimos, aquel del cual el Rey David dice: No he visto a un tzadik desamparado ni a su descendencia mendigando pan. Nuestro sustento solo depende de HaShem y éste se logra/adquiere o conquista únicamente a través de la emuná, de esa confianza de que ha provisto/provee y proveerá a todo ser humano. 

No es por nuestra fuerza, sino por Su espíritu. No es mi sabiduría, mis estudios o mi intelecto, es solo HaShem quien abre las cortinas de los cielos cada mañana y renueva la faz de la tierra. Al fin de cuentas solo están bajo nuestro control los pensamientos, palabras y acciones. Todo lo demás lo determina el Santo Bendito es El

En este conteo del Omer, recordemos que la mejor manera de avoda a HaShem es el refinamiento del temperamento, el mejoramiento de las MIDOT, las cualidades del carácter. Que al finalizar este periodo de corrección de los defectos de nuestra idiosincrasia, hayamos creado un espacio propio para recibir ese precioso regalo de la Santidad que HaShem anhela entregarnos y volvamos a estar al pie del Monte Sinaí.